Por José Carlos Purizaca. En el movimiento de consumidores y consumidoras, siempre hemos venido defendiendo e impulsando el derecho a reclamar, lo cual es muy válido y en muchos de nuestros países necesita impulsarse aun más; sobretodo porque el reclamo no es necesariamente algo malo, sino que puede ser como un enorme regalito con su listón rojo.
Un regalito, que no sólo me sirve para buscar justicia, sino que le permite a la parte proveedora del producto o servicio la oportunidad de mejorar para que haga un mejor papel en el mercado, y a la vez ayuda al estado en su labor de vigilancia de que todo vaya en orden.
Cuando adquirimos un bien o un servicio lo hacemos para satisfacer una necesidad. Con nuestro dinero estamos pagando el valor de dicha prestación, es por ello que debemos exigir que se nos brinde un bien de la calidad esperada. Si no estuviéramos a gusto pues debemos reclamar, pues si no lo hacemos estamos demostrando nuestra conformidad y no le damos ningún mensaje de descontento a quien vende, es decir, no le ayudamos a mejorar y a prevenir malas prácticas contra otras personas que consumen. Si no reclamamos la parte proveedora no se dará cuenta de que lo que vende no satisface a su clientela.
Cuando reclamamos le damos la oportunidad a la parte que vende de corregir los errores o fallas en su producto o servicio, y si lo hace estos serán mejores y, por tanto, más competitiva en el mercado. A la vez, cuando la parte que vende atiende un reclamo, está consiguiendo que les seamos fieles como clientela y, cuando no lo hacen, simplemente nos alejamos de su establecimiento y no les volvemos a comprar.
Por eso, es que cuando en justicia organizamos nuestras palabras para defender nuestro derecho, no sólo estaríamos actuando a nuestro favor, sino además estamos dando avisos al mercado sobre sus fallas, lo que al final de cuentas es un aporte que no debiéramos escatimar o guardar en nuestro bolsillo, sino actuar con generosidad y aplicarlo cuando corresponda.
Finalmente, les recomiendo que esta semana sería interesante ponernos a reflexionar, cosas comunes que suceden en nuestra cotidianeidad, sobre si las cosas que reclamamos, sólo nos benefician, o en realidad el reclamo esta jugando su doble papel de “derecho-obligación”. Hasta la próxima.
Mi obligación de reclamar
Enviat per
Jose Purizaca
.
domingo, 11 de mayo de 2008
1 comentaris:
bueno yo creo q toda persona tiene derecho ah reclamar algo qno le parece bien o esta mal por q si esta pagando su plata o pago su plata tiene el derecho de reclamar por q esta pagando o pago y me parece justo q tenemos q reclamar algo q esta mal ok
Publicar un comentario