Practica transparente en el mercado
Prácticas responsables relacionadas al derecho a la información de las personas puede haber muchas, las cuales si bien se relacionan con lo señalado en el Código de Consumo peruano y en la Norma ISO 26000, considero necesario anidar primero en la razón de la empresa para cumplirlas debidamente.
Por ejemplo, podemos considerar establecer con claridad el precio total de un bien o servicio, informando sobre tributos u otros que puedan corresponder al bien o servicio ofertado, así como en determinados casos sobre los costos de entrega que se relacionan al mismo.
Otro ejemplo muy importante es lo relacionado a los créditos de consumo, donde es justo y legal que se proporcione detalles de la tasa de interés anual real (como la llama la Norma ISO 26000), llamada en nuestro país como Tasa de Costo Efectivo Anual – TCEA que incluye todos los costos involucrados, intereses, comisiones, gastos que configuran la cantidad a pagar, el número de pagos y la fecha de vencimiento de las cuotas.
Cuando se ofrezcan alimentos, sobre todo los destinados para infancia, se debe de acreditar las declaraciones o afirmaciones nutricionales, proporcionando datos e información relacionados con las mismas. Así como las advertencias del consumo excesivo en determinados casos, y los efectos que ello puede generar.
Es responsable considerar de forma primordial en la publicidad y el marketing los intereses superiores de los grupos vulnerables, incluida la infancia, y no involucrarse en actividades que puedan perjudicar sus intereses.
Buena semana para tod@s. Siga leyendo >>>
Consumo diligente en el Perú
Por José Carlos Purizaca. En los últimos tiempos en el Perú solo se pretende proteger al consumidor que sea diligente, lo que ciertamente es un tema muy subjetivo, ya que lo que alguien pueda entender como “consumidor diligente” depende de la óptica que se pueda tener al respecto, en algunos casos pueden ser obvios, pero muchos no, lo que trae inseguridad jurídica en los consumidores, por ejemplo una persona que esté interesada en tomar un servicio bancario, aunque revise el contrato detenidamente, es muy difícil que pueda entenderlo en su totalidad, y bien puede darse el caso que su elección no sea adecuadamente informada, no por su desinterés, sino por su falta de expertice en esta materia. Sin embargo, aunque sin quererlo compre gato por conejo, alguién le puede decir que no es diligente o razonable, pues lo decía de alguna forma el contrato que firmó.
Pero, recordemos que el mercado presenta una realidad evidente, una asimetría de poder y de información entre proveedor y consumidor, donde el consumidor podría no leer el contrato, y si lo lee no lo entiende, y si lo entiende no puede hacer nada pues son contratos por adhesión donde una de las partes fija las reglas, al consumidor solo le queda aceptar o no aceptar.
En realidad el hombre diligente o razonable, de donde desciende el consumidor razonable, es una figura del derecho ingles, que mencionan los autores Cooter Robert y Ulen Thomas, lo que me parece no es lo mas preciso para países como el nuestro donde existe un alto grado de analfabetismo, tenemos una economía de mercado imperfecta y atípica, donde el acceso a la información es escaso, los comportamientos de los agentes en muchos casos son ineficientes y los proveedores se encuentran inertes ante la suma flexibilidad que se les presenta por los agentes del mercado.
Por ello considero que acorde con lo que sucede en el mundo sería más justo que se proteja al consumidor promedio, al consumidor de a pie y no desproteger al grueso sector de consumidores en todo el Perú, ello a la vez provocará una mayor eficiencia en los proveedores peruanos y ampliarán sus estándares para una eficiente competitividad mundial.
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Visión de eternidad
Por José Carlos Purizaca. La fe mueve montañas, y nos permite la consecución de logros, claro que unida a esfuerzo, trabajo, herramientas, capacidad y mucha dosis de voluntad y buen ánimo.
Muchas veces vemos en el mercado, ocasiones en que se incumplen obligaciones y se omiten derechos, y lo lamentable es que mucha gente ya lo ve como “normal” o “parte de”. Hace ocho años aproximadamente que me dedico en las aulas y en los tribunales peruanos al Derecho del Consumidor y la Responsabilidad Social, y he seguido muchos casos, como cuando anunciaban aceites “sin colesterol” pero que tenían ingredientes que precisamente generaban colesterol en quien los consumiera, o cuando se castigaba a un cliente financiero por atreverse a pagar su deuda antes del vencimiento, cuando ello es un derecho del cliente, o cuando pintaba de amarillo al puré para inducir al público de que era hecho de papa amarilla (de mas valor en el Perú).
La protección al consumidor muchas veces trasciende la mera preocupación técnica, y nos plantea un asunto de ciudadanía. Recuerdo que cuando comencé a conocer derecho del consumidor, en la década de los 90, todo lo relacionaba a lo que estaba a mi alrededor, hasta llegamos con mis amistades de clase de derecho, a organizamos para filmar los engaños que sufrían los consumidores sobre unos productos que se vendían en el centro de Lima, y hacíamos unos “videos hechos en aula” al respecto.
De ello han transcurrido más de 15 años, y en realidad la Ley de Protección al Consumidor peruana acaba de cumplir 18 años, incluso me gusta decir que ahora ha “cumplido la mayoría de edad” en temas de consumidor. Aunque la mayoría de edad no necesariamente implica madurez, es mas bien un momento para reflexionar sobre lo avanzado, sobre los actores que participan, para ver en que estamos bien, en que nos falta avanzar y que debemos enmendar para llegar con mejor paso a la madurez de consumo deseada. Reconocer errores, reforzar ventajas y proponer mayor amplitud de calidad de vida y reconocimiento los derechos.
Y es que los consumidores somos un stakeholder importante, que queremos creer, que queremos confiar y dar confianza, mas el mal comportamiento genera desconfianza y se requiere de un cambio de motor en el vehiculo del emprendimiento, una filosofía que se integre la buena labor en toda la organización, desde la persona que recién ingresa al trabajo hasta aquella que mas tiempo tiene, que no se vea la RS como acciones de mera imagen, sino como acciones que enrumben hacía la calidad y competitividad empresarial, algunas de estas ideas venimos trabajando ahora precisamente en la guía ISO 26000, pues la idea es que nuestro trabajo diario permita paso a paso generar confianza en nuestro entorno, hacía un desarrollo sostenible. Quizás me atrevería a destacar que mucho consiste en hacer nuestro trabajo bien: con visión de eternidad.
Saludos y buena semana.
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Comportamiento Responsable Estatal: Política Nacional de Consumo
Por José Carlos Purizaca. El día 28 de Julio se celebró un año más de la independencia nacional peruana, y como es tradicional el Presidente del Perú, dio su Mensaje a la nación.
Sobre el mensaje presidencial, me pareció importante que se mencionara a los consumidores, pero mas que se mencionara la palabra “consumidores”, es importante que el Estado cumpla con el rol que le ha trazado la Constitución Política del Perú.
El interés por el Sistema de Protección al Consumidor Peruano debe trascender la mera preocupación técnica, y nos plantea un asunto de ciudadanía y de cumplimiento de deberes estatales, por lo que se tornan imperativas algunas pautas de implementación sobre las imperfecciones del sistema, a efectos de trazar el camino de la reforma, lo que se puede empezar a lograr con la adopción de Políticas Nacionales de Consumo (PNC), donde se definan con precisión roles del Estado, de los proveedores de productos y servicios y de la propia ciudadanía individual y/o organizada.
Cuando comencé a conocer derecho del consumidor, en la década de los 90, me acuerdo que lo relacionaba a todo lo que estaba a mi alrededor, hasta llegamos con mis amigos de clase de derecho, a organizamos para filmar los engaños que sufrían los consumidores sobre unos productos que se vendían en el centro de Lima.
De ello han transcurrido más de 15 años, y en realidad la Ley de Protección al Consumidor este año 2009 ya esta cumpliendo 18 años, incluso me gusta decir que ahora estamos “cumpliendo la mayoría de edad” en temas de consumidor. Aunque la mayoría de edad no necesariamente implica madurez, es mas bien un momento para reflexionar sobre lo avanzado, sobre los actores que participan, para ver en que estamos bien, en que nos falta avanzar y que debemos enmendar para llegar con mejor paso a la madurez de consumo deseada. Reconocer errores, reforzar ventajas y proponer mayor amplitud de calidad de vida y reconocimiento los derechos para más peruanos.
Política Nacional de Consumo - PNC, es aquella voluntad para llevar adelante un plan o una estrategia en el orden social o económico, para finalmente alcanzar el bienestar del ciudadano, y por añadidura el mejor desenvolvimiento del mercado y del propio rol estatal.
Por lo que considero es importante que el estado pueda implementar Políticas Nacionales de Consumo que enrumben la justicia en el consumo, mediante vías de una fácil ejecución, sin atisbos improvisación o demasiada discrecionalidad del funcionario o gobierno de turno, y con la disminución de probables presiones de algunos sectores. Que finalmente exista la voluntad política, empresarial y social para equilibrar la natural asimetría en las relaciones de consumo hacía un mercado mas transparente, ético y justo.
Que tengan una buena semana amigos…….¡¡
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Consumo responsable y “empresaurios"
Por José Carlos Purizaca. Sobre consumo responsable, está en el “anunciar y denunciar”, dentro del anunciar cierto es que puede ser a través de anuncios tácitos como evitar comprar a una empresa irresponsable, a veces es difícil, pero al menos intentar en lo posible dar el mensaje de que no estoy de acuerdo con tal práctica mercantil, y eso se hace con la no compra; pero además esta el denunciar, no callarme, decir lo que esta mal, pero sobretodo sensibilizar a través de nuestro mensaje y acción, a través de ejercitar cada vez mas mi reclamo responsable.
Es más, como sabemos, un reclamo podemos verlo como un REGALO, un regalo que me posibilita solucionar mi problema como persona consumidora, pero además le permite a la empresa mejorar, es casi una “consultoría gratuita” que le hacemos para que se mueva mejor en el mercado, ahora es otro tema que la empresa lo entienda así, como un regalo, o lo vea con una óptica negativa. Y es que no obstante el comportamiento responsable viene avanzando en parte del empresariado, aun existen “empresaurios” que no ven que su compromiso es también con quienes les rodean, creo que les falta evolucionar, por lo que creo que como ciudadanía tenemos un deber en ayudarles a evolucionar con nuestro reclamo y decisión de compra responsable.
Entonces prefiramos empresas responsables, en lo que podamos pero organicémonos para defender nuestros derechos a través del regalo para la empresa como puede ser un reclamo responsable.
Buena semana,
Mg. Jose Purizaca Vega
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Hacerme responsable del prójimo
Por José Carlos Purizaca. Buenos días, tiempo de navidad y fiestas de fin de año, tiempo propicio para reflexión y mayor impulso para la acción, adecuar nuestras ideas, actividades e iniciativas.
Hace unos días vimos en la televisión peruana, como casi 300 personas muy pobres se habían trasladado del interior del país a Lima, con toda su familia para hacer un plantón, día y noche, que duró varios días a la intemperie, sin servicios higiénicos, en la puerta de una importante “agencia de viajes” que funciona en varios países, a quien le solicitaba les devuelvan su plata.
Estas personas, muchas analfabetas, quechua hablantes, que no hablaban castellano, nunca habían salido de su pueblo, que no tienen computadora y algunas ni luz eléctrica, gente muy pobre, con las expectativas que les generaron, habían entregado cada una a esta empresa $ 1,253 dólares, con la promesa que cada mes les pagarían $ 300 a mas. Cuando reclamaron la compañía les dijo que el dinero que ellos pagaron era por un par de libritos, y un disco compacto para computadora, y si querían tener dinero debían vender paquetes turísticos para Europa, el Caribe o Egipto para recuperar su dinero.
Luego de varios días de vigilia permanente en las puertas de la empresa, lograron que les reconocieran alguna cantidad, mas la empresa argumentaba que “el engaño era sólo de sus representantes pero no de la corporación”.
Es un caso, que me dejo mucho que pensar y reflexionar, sobre el comportamiento de la compañía con estos stakeholders y sus representantes, sobre la población afectada, la acción del estado al respecto, la vigilancia ciudadana global para prevenir estos temas, etc.
En realidad hay mucho por hacer en responsabilidad social, y considero que hacer filantropía no esta nada mal, pero que es mucho mejor aplicarlo al trabajo diario de la empresa, a la vigilancia en la cadena de prestación del servicio, al monitoreo ciudadano, al pensar en el prójimo como en cada quien, a ver mas allá de los linderos de mi territorio para anunciar la RS y denunciar lo incorrecto.
Saludos estimada gente, y que tengan una ¡¡¡¡¡Feliz Navidad¡¡¡¡¡
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Responsabilidad Social: ¿Un pedazo de torta es igual a toda la torta?
Por José Carlos Purizaca. En los últimos tiempos, venimos siendo testigos de un incremento en lo concerniente a la responsabilidad social, vemos varios cursos, informes técnicos, actividades, promociones e iniciativas que es bueno que se vengan dando; es bueno que la palabra “responsabilidad social” se haga presente en palabras de la clase polítia, de empresas, pero en muchos casos se refieren a actos de mera filantropía, marketing o en mejores situaciones en actividades “islas” dentro de todo lo que concierne la organización; es así que vemos “Informes de Responsabilidad Social” y cuando los revisamos, se tratan tan solo de algunas actividades piloto, que si bien son interesantes, no podrían avalar que toda la organización sea socialmente responsable.
Y dentro de esto hay ejemplos, de importantes empresas transnacionales que encontramos aquí en Perú, como en Argentina o España. La semana que pasó fuimos invitados a la presentación del “Informe de Responsabilidad Social” de una de estas mega empresas donde nos indicaban como ayudaban a criaturas pobres, llevaban progreso a varias personas en lugares alejados del país, o daban información sobre sus servicios en el idioma de su clientela, lo que es bueno, pero cerraban los ojos ante la perspectiva que tienen su clientela, el impacto de los miles de reclamos por montos no consumidos, el abuso de su publicidad invasiva en los hogares a través del teléfono, las ventas agresivas, la dificultad para resolver sus contratos, los inaccesibilidad para reclamar, la falta de idoneidad en sus servicios en algunos hogares peruanos, etcétera, que hacían parecer la existencia de una sería miopía requerida de una atención cuasi oftalmológica para curarse en sano.
Y es que entendemos que la responsabilidad social es una nueva filosofía, que se exterioriza con actividades concretas y concatenadas, coherentes a esta nueva manera de gestión, la que se debe integrar en toda la organización, desde la consejería, recepción, personas colaboradoras o gerencias, para así no quedarse en buenas personas y profesionales de algún departamento de responsabilidad social que podrían tener el convencimiento en sus bondades o necesidad, pero que sería insuficiente para impulsar suficientemente la responsabilidad social en toda la organización. Y es que si tengo un pedazo de la torta no podría venderlo como que tengo la torta completa, paso a paso, con verdad y coherencia para avanzar bien y llegar a puertos firmes y seguros.
Que tengan una buena semana de adviento, semana de alegría para todo el mundo.
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Constitución Ecológica Peruana
Por José Carlos Purizaca. Pensar en el desarrollo de las generaciones futuras, a veces podría resultar ocioso para algunas personas, ocioso, pues no vemos físicamente a estas personas del año 2021, 2050 o 2083 por ejemplo; sin embargo, lo cierto es que serán nuestros nietos y nietas, o los de nuestras amistades o de nuestra vecindad.
El empresariado podría pensar que es un tema que no les atañe directamente; sin embargo, su comportamiento es directamente vinculado con el desarrollo sustentable de la nación, es un tema que nos compete a todo el mundo, nos corresponde por derecho y por deber con la Humanidad, y lo ejercemos incluso cuando salimos del trabajo o aula y decidimos apagar o no la luz, cuando compro algún alimento y vemos que contiene en su etiquetado, o cuando decidimos premiar con nuestro consumo a una empresa u otra, para lo cual factor muy importante es conocer su comportamiento social.
Para esto, considero que es favorable que los que deciden derechos se pronuncien, y proclamen una voz jurídica, ya que esto ayuda a enmendar algunas conductas o a aclarar ciertas dudas. En el Perú, el Tribunal Constitucional acaba de emitir una Sentencia en el Expediente Nº 03610-2008-PA/TC que en mi opinión es un paso muy importante pues pone en relieve la función ecológica de la Constitución Peruana en la sociedad, tomando atención a las políticas públicas dirigidas a la protección y conservación del medio ambiente, en paralelo al ejercicio de las libertades económicas.
Esta sentencia precisa un deber estatal de planificar una política que “concilie, a través de la ponderación, las tensiones propias que se suscitan entre la tutela del medio ambiente y el ejercicio de las libertades económicas”, a la vez que declaró el sublime deber de la sociedad civil de conservar el ambiente.
Y es que cuando hablamos de comportamiento ambiental de las empresas, en ocasiones parece que distinguimos en la practica por un lado, cuales son mis prácticas como empresa para cumplir con la ley, y por otro lado, cuales son mis actividades para decir que soy socialmente responsable; sin embargo, es sanamente claro sostener que ser socialmente responsable no se circunscribe a cumplir solamente las obligaciones jurídicas, sino ir más allá del cumplimiento invirtiendo en el entorno local y contribuyendo al desarrollo de los stakeholders que tienen interés en determinado o determinable impacto de la organización.
Ahora el Tribunal Constitucional Peruano define que la “Constitución Ecológica” es el conjunto de disposiciones constitucionales que fijan las relaciones entre el individuo, la sociedad y el ambiente, compartiendo a su vez un criterio de la Corte Constitucional Colombiana respecto de la triple dimensión de la constitución:
- Dimensión de principio que irradia todo el orden jurídico.
- Dimensión de derecho de la gente, para gozar de un ambiente sano.
- Dimensión de obligación estatal y privada en su calidad de contribuyentes sociales.
Y es que en realidad, poco a poco vemos como cada actor de la realidad toma su posición en la protección del medio ambiente, es deber de empresa, estado y ciudadanía, y a la vez derecho de cada uno de estos actores.
Un buen ejercicio sería determinar hoy día, con que acto concreto puedo apostar por la defensa de la vida y del ambiente, ojo solo hoy día, quizás encargarme los residuos de mi casa o empresa de manera responsable, apagar la luz cuando salgo de la habitación, que no se desperdicie el agua cuando me lavo los dientes o me afeito, solo por hoy.
Mañana será otro día con nuevos retos y decisiones para mi vida responsable (y nuevamente leemos el ejercicio).
Saludos y que tengan una buena semana.
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Vivir bien: Una opción de consumo
Por José Carlos Purizaca. Las necesidades de las personas, impulsan a establecer diversas relaciones de consumo, quehaceres que a veces se vuelven hábitos cotidianos, y obviamos por ello reflexionar si el producto que voy a comprar es el que en realidad necesitamos.
Por ejemplo, quizá ayer pudimos comprar unas papitas fritas y bebidas gaseosas para ver un partido de fútbol que esperábamos ver por la televisión, ahora de ello no queda mas que la envoltura de este snack y la botella de plástico de la bebida, aparte claro de la inmensa cantidad de sustancias artificiales y riesgosas que hemos ingerido para ver un sano entretenimiento deportivo.
Ahora luego del trabajo es muy probable que iremos a casa, y quizás hagamos algo de deporte, o disfrutemos de ver a nuestra familia; pero también es posible que como muchas personas ya hacen: o vayan al market a pasear, o vayan a prenderse de la televisión o de la computadora, y así hacernos un mundo aparte del resto de gente que vive a nuestro alrededor.
En realidad nuestra vida es tan valiosa, que merece un tiempo especial, un tiempo para hacer cosas con otras personas, habla hablar, sonreir, molestarse, amistarse, para vivir, y todo esto podemos intentar forjar con adecuados hábitos de consumo, donde no sólo vivamos para consumir, sino consumamos responsablemente para vivir bien. Mucho depende de cómo enseñemos estos tips de vida a nuestra infancia, pero también recordemos hablar siempre con nuestras amistades de la tercera edad. Que tengan una buena semana amigas y amigos.
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Ser socialmente responsable
Por José Carlos Purizaca. Con entusiasmo les comento que cada vez escucho a mas gente hablar sobre ser “socialmente responsable”; independientemente de la pertinencia de tal calificativo a determinado sustantivo, considero importante que se este incorporando el tema a los quehaceres diarios de organización y personas, claro que aun los conceptos son muy diversos, desde algunos que la identifican como simple cumplimiento de la ley, hasta los que aun creen que es una parte de la filantropía o de sus actividades de marketing, en fin es un camino que aun tiene mucho por recorrer, que pase de la moda a un real convencimiento social y empresarial.
Un tema al respecto que me parece muy trascendental cuando hablamos de responsabilidad social, es la “coherencia”, hacer lo que decimos, impulsar lo que predicamos, evitar hacer lo que criticamos y con mucho ánimo vivir coherentemente esta responsabilidad. Pero esto evidentemente no se hace de la noche a la mañana, es paso a paso, con decisión firme pero que tiene que cimentarse gota a gota, como cuando un bebe aprende a andar, no comienza corriendo las olimpiadas, sino que es un recorrido donde va a tropezar, quizá caer, pero donde lo mas importante es que se va a levantar, y de ese incorporarse va a adquirir la confianza para seguir a mas. La confianza es la base para muchas cosas, para creer en nuestra voluntad, en nuestras habilidades, en la gente y en Dios.
Hace muy poco recuerdo un gobierno que llamaba a una de sus entidades socialmente responsable y presentaba sus notables dadivas para con su población, al principio confieso que me cuestioné su 'cuestionable' aplicación para estas afirmaciones, pero poco a poco me voy dando cuenta que aunque no corresponde, el concepto ya esta en su agenda, que al inicio era muy resistido y viene tomándose mas en las actividades diarias de empresas, organizaciones y personas.
Aparte de las actividades de las corporaciones que son las que generan un mayor impacto que las de cualquier persona, me pregunto si es responsable socialmente, que una autoridad judicial intervenga por un largo tiempo las actividades diarias por solo algunas apreciaciones, sin pruebas fehacientes, posibilitando acciones u omisiones trascendentales, y lamentablemente creando parálisis en otros grupos de interés. Sobre esto, jurídicamente es curioso que el requisito de “peligro en la demora” aplicable en las medidas cautelares aparezca del propio comportamiento de la judicatura, que debiera comportarse en favor del bienestar social, y de los principios universales de justicia y bien común. En justicia el tiempo no es oro sino que el tiempo es justicia.
En fin cuando hablamos de comportamientos socialmente responsables, entiendo que no son solo las actividades sino la falta de actividades, ya que no necesariamente es bueno el que no hace nada malo, ya que podría simplemente no hacer nada, sino que es considero que bueno es que hagamos la mayor cantidad de cosas con nuestro mejor esfuerzo y si fallamos levantarse y seguir adelante. Que tengan una buena semana.
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Familiarmente responsable
Por José Carlos Purizaca. Hace unos días, escuche dentro de una conversación la frase “familiarmente responsable”, lo que me llamó profundamente la atención; y en realidad se refería a un comportamiento de determinado grupo sobre la preocupación por las cuestiones familiares de los sujetos.
Sucedió en mi país, que en una institución de muchos años de trayectoria llegaron nuevas autoridades, quienes con el estribillo de producción y progreso, olvidaron a sus personas colaboradoras, a su personal, aumentando las horas de trabajo, y “permitiéndoles” que como no iban a ver mucho a su familia, podían tener la foto de sus seres queridos en el escritorio.
Esto es aberrante, pues lavaban el cerebro a las personas poniendo al progreso versus ver a sus familiares, incluso los convencen de que es mejor para su familia, pues ganaran más y les podrán comprar más y mejores cosas.
Por ejemplo, si tengo mi institución y vendo buenos productos, o defiendo intereses de un grupo muy vulnerable, no podría decir que mi comportamiento es totalmente responsable si no me preocupo por los intereses familiares de mis personas colaboradoras, preguntas como ¿estoy propiciando un alejamiento familiar?, ¿ha variado el tiempo familiar de mi colega? Seria interesante que se respondan por parte de representantes institucionales.
Otro caso me acuerdo que sucede cuando en las oficinas se ve mal a quien se va más temprano, aunque haya acabado con su trabajo, parece que quedarse en un habitáculo puede parecer más eficiente que quien hace su trabajo mas rápido o desde su hogar.
Y es que la familia como núcleo básico de la sociedad, siento que se vuelve una necesidad indispensable, sobretodo cada vez que vemos mas acciones violentas en distintos lugares, más alejamiento a los valores humanos y más desapego a la dignidad y libertad de la persona. Incluso podemos ahora ver el incremento de acciones muy dañinas como extremado egoísmo, desanimo por nuestra calidad de seres humanos, uso de instituciones nobles para fines particulares o falta de voluntad para participar en las soluciones de la problemática mundial.
Y es que la familia la entiendo como núcleo, y como valor en si misma, fuente los primeros pasos de hombres y mujeres, origen que se debe proteger y fortalecer para el logro de una sociedad que no involucione socialmente sino que evolucione integralmente, tanto económica, como personal y familiarmente.
Una sociedad, pero concretamente una institución, sea empresa, ente estatal, asociación u organización que valore al ser humano como parte de una familia, va a promover la integración de la persona al grupo familiar. Dejando de lado el simple objetivo abstracto, por las metas personales cumplidas, donde esta claro que se puede integrar la mejora en la producción y en el ánimo, de esta persona, de esta familia, y de la sociedad misma.
Es mucho más probable que una sociedad saludable exista donde existan familias muy saludables, bien cimentadas y con valores sociales.
Que tengan una buena semana, y les sugiero que recuerden la idea “familiarmente responsable”.
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Discriminación laboral
Por José Carlos Purizaca. Cuando pensamos en RSC en América Latina en realidad creo que esto puede ser una buena medida para equilibrar un poco la enorme brecha de realidades sociales y económicas que coexisten en nuestra vida, y que a veces ni siquiera lo notamos.
Por ejemplo en Perú podemos ver como hay jóvenes quienes pueden estudiar en una universidad muy cara y de prestigio, y quienes no tienen tiempo para estudiar pues deben trabajar para poder llevar un poco de pan y leche a la mesa de su hogar.
Podemos ver como otras gentes jóvenes muy talentosas se sacrifican para estudiar una carrera en una universidad sin mucho costo, y pueden ser muy eficientes, pero a la hora de buscar trabajo se prefiere a quienes han estudiado en una universidad de mucho costo.
Parece irreal, pero es cierto y miles de personas egresadas en la universidad pueden dar fe de esta discriminación, discriminación por el lugar de estudio, incluso podemos ver en los periódicos peruanos donde al buscarse para determinado cargo o función se especifica que debe ser de tal o cual universidad y si no se advierte que mejor no se presenten.
Y es que en realidad la discriminación ha tomado una gran parte de la vida de las personas, por lo que es necesario darnos cuenta de esta y quitar esta venda que cubre nuestros ojos, ya no sabemos como se va a discriminar, sea por el color de la piel, por el sexo, por la edad, por donde domicilia, por sus creencias, por como luce, y ahora hasta por donde ha estudiado.
Quizás un buen indicador de responsabilidad social corporativa sea cuando las compañías en los avisos de trabajo no pidan que los postulantes hayan estudiado en una determinada casa de estudios para poder recién acceder al empleo, y realmente se califique a la persona por sus habilidades y competencias para tal labor. Saludos y que tengan una buena semana.
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Campeonato Mundial: Hombres vs Mujeres: ¿Quién ganará?
Por José Carlos Purizaca. Ante todo, dejar en claro que para mi, hombres y mujeres somos iguales, con la misma dignidad de seres humanos, y es importante en pensar en una igualdad que no nos distancie, que no nos haga poner como competencia, sino ver más allá, ser mas responsables con la humanidad, no porque seamos hombre o mujer, sino reconocer las potencialidades de cada ser humano, no por su sexo, sino valorando nuestras diferencias y complementariedad. No vernos como rivales sino como colaboradores y colaboradoras, en complementariedad, como parte de la misma raza humana.
Sin embargo, a veces se hace uso innecesario del sexismo, como si fuésemos dos equipos de algún deporte que luchan por un titulo mundial; esto acrecienta un revanchismo innecesario, es necesario por el contrario que la humanidad busque mas coincidencias, un trato justo y por igual, con respeto y sin rencor. Impulsando si los cambios respecto a las gravísimas desigualdades, pero con mucha inteligencia, eficacia y paz.
Les pongo un ejemplo, un aviso televisivo en mi país, de una marca de ternos, utilizaba a la mujer como objeto cuando sacaba a un señor que estando en su habitación con una dama, era sorprendido por la esposa. Antes de que esta última entrara, este tipo sacó a la otra mujer detrás de la ventana vestida con una de sus prendas del terno; luego fuera, en la misma ventana también se hallaba otra mujer más con otra de las prendas del mismo terno del tipo. Todo solo para promocionar todas las partes del terno. En resumen el tipo engañaba a su esposa con dos mujeres.
Sería igual de malo, que sea una señora que engañe a su esposo con dos hombres en un comercial o en donde fuera.
Aquí les hago una pregunta, ¿que es lo correcto y responsable socialmente? ¿Qué se promueva que la mujer “también” puede engañar? ¿Quizá para equilibrar la Balanza?; o tal vez ¿Qué se promueva que ni hombre ni mujer deberían engañarse mutuamente?.
Personalmente apuesto por promover que nadie engañe a nadie, ni por su sexo, origen, forma, color o don de su personalidad. Para que incentivar más rencor y actos desleales. Debemos si denunciar lo que esta mal, si hay un abuso sobre una persona sea del sexo que fuese, debemos contrarrestarlo, haciéndolo público o tomando decisiones organizadas. Pero también anunciar lo bueno, promocionar por ejemplo a la familia, al hogar.
Para ello, creo que nuestra niñez es fundamental, no se debería confundirles con estos mensajes publicitarios, incluso para esto el uso del lenguaje puede ser muy útil e importante, como lo venimos promoviendo en este blog. Educar sobre la fidelidad y la lealtad, de hombre y mujer, y de la humanidad entera sin importar sexo, color, origen, forma u otro rasgo no debiera parecer ahora un tema arcaico, sino creo que debiéramos tomarlo como reto para nuestra sociedad global. Al final de cuentas somos seres humanos que nos necesitamos para vivir en este mundo, y ganar Juntos este Campeonato Mundial. Que pasen una muy buena semana.
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La confianza en el mercado
Por José Carlos Purizaca. La confianza nos puede llevar a hacer posible la consecución de un éxito o logro, claro que para ello tenemos elementos adicionales que no pueden faltar, como el esfuerzo, el trabajo, las herramientas idóneas para determinada tarea, nuestras capacidades, y mucha, pero mucha dosis de voluntad y buen ánimo.
En el mercado vemos día a día como se atacan derechos y se incumplen obligaciones, desde que nos levantamos y prendemos la televisión, y quizá por allí se mal informa a la parte consumidora para que compre algún producto que en realidad no cumple con los ofrecimientos de la parte anunciadora, a veces la idea pareciese ser vender sin contemplar el derecho de quién actúe de prójimo, que va a ser parte afectada por mi acto de comercio.
Esto a la postre significará un desconcierto en las expectativas de la clientela, pues pueden haber adquirido un producto creyendo que tiene tales o cuales características, cuando en realidad no las tiene. Por ponerles un ejemplo, le comento que en el Perú se vendían unas vendas elásticas para cubrir distintas partes del cuerpo, rodilla, brazos, y que son auxiliares para el tratamiento de varices, torceduras, luxaciones o inmovilizaciones; pues resulta que la información que le decían al público usuario es que median cinco metros, así que mucho de esté público se las llevaban, dándose con la sorpresa luego, de que en realidad no median cinco metros, sino un solo metro.
Cuando iban a reclamar lo que les decían es que lo habían medido mal, que así no se medía, y lo que hacía la parte vendedora es tomar un extremo de la venda y llamar a otra persona para jalar el otro extremo y estirarla con todas las fuerza de estas personas, y le decían a la clientela “así se mide, ve como si son cinco metros”. Ésta jamás esperaría que se debe medir de la forma y con la fuerza, y en las condiciones que empleaba la parte vendedora en estos casos.
En realidad este tipo de comportamiento, pareciera gracioso y/o lamentable, pero sucedía en el Perú, por farmacias y boticas de mucho prestigio y algunas de trascendencia internacional, y las organizaciones de consumo tuvimos que intervenir para solucionar esta mala información.
Sin embargo, esto hace perder la confianza primero a quienes consumen, pues los pone en un estado de incredulidad sobre las ofertas que se presentan en el mercado; pero también a las demás empresas, pues algunas pueden estar gastando mucho dinero y esfuerzo en borrar de nuestras mentes esta mala praxis, lo que al final de cuentas va a elevar los costos de su operación, y ello va a ser traslado a la clientela en sus facturas; es decir, este engaño al consumo también perjudica al mercado.
Por ello, es que se hace necesario que entre las metas que tienen los diferentes agentes del mercado este la creación de confianza, a través de sus actos cotidianos, a través de cada venta, de cada anuncio, del trato a quienes colaboran, trabajan y compran, o incluso pagan tributos.
Ello mismo se repite en las diferentes relaciones que existen entre todos los stakeholders, sean empresas, gobierno, personas consumidoras, proveeduría, personal, etc.
Por eso, me parece que para promover la confianza en el mercado, podemos comenzar cada día simplemente con respetar el derecho de nuestro prójimo, en nuestro mismo hogar, en nuestro trabajo, en la calle o en cuanto lugar físico o virtual nos encontremos. Hacer nuestro trabajo bien, con ánimo y respetando a los demás. Saludos y buena semana.
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Intimidad en los servicios informáticos
Por José Carlos Purizaca. En realidad es todo un gusto compartir con ustedes estas reflexiones y artículos por Internet. Y es que esta herramienta o red de redes, nos ha cambiado la vida, ya que las conductas de la ciudadanía ha encontrado un fuerte eco en el mundo virtual, veamos como ahora utilizamos un nuevo vocabulario en el que incluimos palabras como blog, chat, e-mail, Messenger, etc. De seguro que dentro de poco hablaremos más de la responsabilidad social en el e-commerce.
Y es que este conjunto de actividades, como la información que trasladamos por la red, merecen ser protegidas debidamente, sobretodo porque en muchos casos concierne al derecho a la intimidad de personas que confían en un servicio que se da en un marco de una relación de consumo, y por otro lado también tenemos a la parte proveedora que debe actuar responsablemente al respecto, sin utilizar tal información sin consentimiento y control de la parte titular de la información.
La intimidad, en realidad viene tratándose en diferentes ámbitos, que por ejemplo va desde las finales del siglo XIX cuando en la Universidad de Harvard se hablaba de la protección legal de los datos personales, hasta los artículos de Blog Responsable, donde recuerdo que llamo mi atención un título que refería “En la era de Internet, la privacidad debería ser un derecho humano”, cuya autoría es de la coordinación de este blog, que estando en Barcelona nos brindaba virtualmente sus opiniones hacía todo mundo por la red.
Seamos cual fuere nuestro origen, considero que los datos de las personas tienen estrecha relación con su dignidad, y todo lo que ello corresponde, por lo que considero que en nuestras relaciones informáticas, también podemos enfatizar nuestra tarea de stakeholders, comenzando por conocer nuestros derechos como internautas.
Le comento como ejemplo, que cuando comenzaba a investigar este tema sobre mi Tesis de Maestría en Derecho Civil y Comercial que trató sobre la Seguridad Jurídica del Derecho a la intimidad en los servicios informáticos, en el Perú, solo un 4.6% utilizaban la red, y hoy luego de tal sustentación ya es el 30% de la ciudadanía de mi país.
Por ello, estoy de acuerdo con la idea de que en la era del Internet, la intimidad se debe proteger como un pleno derecho humano, tanto por la parte empresarial, los estados, y la cabalidad de la ciudadanía que vivimos en el mundo, de nosotros también depende, lo que también puede trasladarse al ámbito de la responsabilidad social.
Estas reflexiones surgieron de algunas ideas que esbozamos hace unos días con un buen amigo, quien comentaba que se puede aplicar una interesante labor de responsabilidad social de las empresas prestadoras de servicios informáticos, que quizá pueda comenzar con iniciar una campaña de alfabetización digital, reduciendo la brecha que en evidencia existe al respecto, lo que al final de cuentas podrá contribuir a una confianza de la parte consumidora en el uso de internet.
Que tengan una buena semana, saludos y me parece interesante que sigamos participando en la encuesta del blog, que ahora justo trata de nuestros derechos como internautas.
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Legalidad como mínimo social responsable
Por José Carlos Purizaca. Hace unos días estuvimos intercambiando pareceres con algunas amistades, sobre las aseveraciones que referían que bastaba con cumplir con las leyes para considerarse socialmente responsables.
Una pregunta motivó toda esta conversación, que me hizo recordar algunos ejemplos que presencié en el Perú: Hace unos pocos años, se vendía panes con bromato de potasio, lo que según los especialistas presentaba riesgos para la salud de las personas, como era la posibilidad de efectos cancerígenos, por lo que luego de una eficaz y veloz campaña que realizamos, se logró prohibir en el Perú, mediante una Ley que expidió en Congreso de la República; hasta ahí pensamos que había terminado nuestra misión y que estaba solucionado el problema, y en realidad asumimos que las compañías que lo vendían habían entendido la finalidad de tal campaña en pro de su clientela. Sin embargo, grande fue nuestra sorpresa, cuando al reunirnos con varias entidades del estado y entidades privadas para confeccionar el proyecto de reglamento de dicha ley, algunos importantes representantes de las compañías fabricantes de productos de panificación, nos comenzaron a explicar, que si bien se había prohibido pues era cancerígeno, lo cierto es que lo tenían en su stock y como argumentaban que no debían perjudicarse económicamente, pretendían comercializarlo a otros países donde no este prohibido., ¿Que opinan?, lo legal no implica necesariamente ser socialmente responsable.
Incluso, les comento otro ejemplo, que sucedió hace dos semanas en una reunión en Lima: Una persona representante de una empresa de cigarrillos, reconocían cierto comportamiento de su empresa en otros países, al que calificaba de responsable socialmente, pero defendía la tesis de que mientras la ley peruana no lo prohíba no planeaban algo al respecto en el Perú.
Es por ello que en realidad en la práctica diaria, aun mantenemos ciertas incoherencias que debemos pulir, diferencias abismales que van del discurso al hecho; por eso, concluyo en esta reflexión que el que existan algunas practicas responsables por una empresa no implica “per se” que la empresa sea totalmente responsable con la sociedad. Mucho menos si estas prácticas se dan en algunos espacios y momentos específicos. Como dicen por ahí, del dicho al hecho, hay mucho trecho. Saludos, y buen fin de semana.
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Mi ambiente, mi hogar
Por José Carlos Purizaca. Hace unas semanas estuve en una reunión entre la sociedad civil europea y la latinoamericana donde previa a la reunión presidencial en que en estas fechas se viene realizando en Lima, se discutían entre otros temas el del Cambio Climático, encontrando un buen reflejo en quienes asistieron sobre lo importante y necesario de participación activa de la sociedad civil y gobiernos en este tema que afecta a la población mundial.
Por allí, no faltaba alguna opinión que decía que restaba importancia al evidente cambio climático, y todavía se debía esperar mas tiempo para tomar medidas.
Esto me puso a reflexionar, recordando frases de hace unos cincuenta años que decían “fumar no mata”, o las de hace cuarenta años, que decían que el “asbesto no era dañino”, al menos eso manifestaban muchas personas.
Ahora pasado ya ocho años del nuevo siglo, sabemos con convicción que fumar no solo mata, o es sumamente perjudicial para la salud de quien fuma, sino que también hace daño a todas las personas de su entorno, padres, cónyuges, hijos o hijas; así como sabemos ahora que el asbesto, utilizado en la fricción de vehículos, industria textil, empaquetaduras, aislantes hídricos de muros, techos, etc, causa asbestosis, mesotelioma, cancer al pulmón, entre otras graves enfermedades con un periodo de latencia prolongado (30 años aproximadamente), por lo que incluso muchos países europeos han tomado medidas al respecto, claro que en varios de Latinoamérica aun no se ha medido tal impacto y no existe normatividad al respecto por diferentes factores.
Es por ello que considero que es hora de actuar de manera socialmente responsable con el ambiente en el cual vivimos, amar la naturaleza, no solo por la naturaleza misma, sino porque es en ella donde vivimos, nos desarrollamos y actuamos; es como nuestro enorme hogar, por lo que nos corresponde respetar vivamente al medio ambiente, humanizar su trascendencia al plano de vida que tiene, vida para la población presente y futura. Corresponde pues enseñar a nuestros hijos e hijas cosas tan simples como cerrar el caño, apagar la luz cuando no la utilizamos, separar la basura si es orgánica o no orgánica, etc, es decir autorespetarnos más, mediante un consumo más responsable y adecuado para tener limpia y sana la casita donde vivimos, la casita donde varios millones también comparten los quehaceres del hogar y nos corresponde entender bien nuestras funciones, derechos y deberes para no dejar solo escombros de este hogar a las futuras generaciones, dejarles un legado de vida.
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Mi obligación de reclamar
Por José Carlos Purizaca. En el movimiento de consumidores y consumidoras, siempre hemos venido defendiendo e impulsando el derecho a reclamar, lo cual es muy válido y en muchos de nuestros países necesita impulsarse aun más; sobretodo porque el reclamo no es necesariamente algo malo, sino que puede ser como un enorme regalito con su listón rojo.
Un regalito, que no sólo me sirve para buscar justicia, sino que le permite a la parte proveedora del producto o servicio la oportunidad de mejorar para que haga un mejor papel en el mercado, y a la vez ayuda al estado en su labor de vigilancia de que todo vaya en orden.
Cuando adquirimos un bien o un servicio lo hacemos para satisfacer una necesidad. Con nuestro dinero estamos pagando el valor de dicha prestación, es por ello que debemos exigir que se nos brinde un bien de la calidad esperada. Si no estuviéramos a gusto pues debemos reclamar, pues si no lo hacemos estamos demostrando nuestra conformidad y no le damos ningún mensaje de descontento a quien vende, es decir, no le ayudamos a mejorar y a prevenir malas prácticas contra otras personas que consumen. Si no reclamamos la parte proveedora no se dará cuenta de que lo que vende no satisface a su clientela.
Cuando reclamamos le damos la oportunidad a la parte que vende de corregir los errores o fallas en su producto o servicio, y si lo hace estos serán mejores y, por tanto, más competitiva en el mercado. A la vez, cuando la parte que vende atiende un reclamo, está consiguiendo que les seamos fieles como clientela y, cuando no lo hacen, simplemente nos alejamos de su establecimiento y no les volvemos a comprar.
Por eso, es que cuando en justicia organizamos nuestras palabras para defender nuestro derecho, no sólo estaríamos actuando a nuestro favor, sino además estamos dando avisos al mercado sobre sus fallas, lo que al final de cuentas es un aporte que no debiéramos escatimar o guardar en nuestro bolsillo, sino actuar con generosidad y aplicarlo cuando corresponda.
Finalmente, les recomiendo que esta semana sería interesante ponernos a reflexionar, cosas comunes que suceden en nuestra cotidianeidad, sobre si las cosas que reclamamos, sólo nos benefician, o en realidad el reclamo esta jugando su doble papel de “derecho-obligación”. Hasta la próxima.
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Consumiendo con responsabilidad
Por José Carlos Purizaca. Consumir es algo más que solo adquirir productos o servicios, ya que también puede constituir una herramienta para el cambio social, y es que como ciudadanos contamos con un mecanismo de participación, que es aquel acto que realizamos voluntaria o involuntariamente en cada momento de nuestras vidas, desde que nos despertamos, tomamos desayuno, nos movilizamos a nuestro trabajo o estudio, o incluso cuando vamos a dormir. Todos estos actos pertenecen a nuestro propio consumo.
Nuestro consumo nos permite muchas oportunidades para comenzar a actuar, pero para ello es importante que nos detengamos a reflexionar de algunas situaciones que se han vuelto cotidianas, como cuando simplemente salimos a caminar, a veces parece que necesariamente “debemos” comprar algo, y consentimos en propiciar un viajecito a las tiendas por departamento o al market, sin evaluar el impacto de nuestro consumo.
Considero que ante los impactos del consumismo tenemos la oportunidad de no quedarnos con los brazos cruzados, y organizarnos para incidir en las soluciones de esta problemática que a veces sobre influye en la tranquilidad familiar y general de nuestra población. En realidad los consumidores, o sea todos nosotros, tenemos potencialidades enormes, cuando nos organizamos, es por ello que podemos incidir en el comportamiento de las empresas en el mercado basándonos en nuestro poder de consumo.
La idea es que con nuestro consumo mandemos el mensaje de premio al proveedor que mejor se comporta y evitemos contar con aquel que es irresponsable socialmente con su entorno, de esa manera le decimos a este ultimo “mejora para que te tenga confianza”, lo que ayudara finalmente a este proveedor pues le hará mas competitivo, a los consumidores y al mismo estado en su labor publica en el mercado.
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