Por José Carlos Purizaca. Las necesidades de las personas, impulsan a establecer diversas relaciones de consumo, quehaceres que a veces se vuelven hábitos cotidianos, y obviamos por ello reflexionar si el producto que voy a comprar es el que en realidad necesitamos.
Por ejemplo, quizá ayer pudimos comprar unas papitas fritas y bebidas gaseosas para ver un partido de fútbol que esperábamos ver por la televisión, ahora de ello no queda mas que la envoltura de este snack y la botella de plástico de la bebida, aparte claro de la inmensa cantidad de sustancias artificiales y riesgosas que hemos ingerido para ver un sano entretenimiento deportivo.
Ahora luego del trabajo es muy probable que iremos a casa, y quizás hagamos algo de deporte, o disfrutemos de ver a nuestra familia; pero también es posible que como muchas personas ya hacen: o vayan al market a pasear, o vayan a prenderse de la televisión o de la computadora, y así hacernos un mundo aparte del resto de gente que vive a nuestro alrededor.
En realidad nuestra vida es tan valiosa, que merece un tiempo especial, un tiempo para hacer cosas con otras personas, habla hablar, sonreir, molestarse, amistarse, para vivir, y todo esto podemos intentar forjar con adecuados hábitos de consumo, donde no sólo vivamos para consumir, sino consumamos responsablemente para vivir bien. Mucho depende de cómo enseñemos estos tips de vida a nuestra infancia, pero también recordemos hablar siempre con nuestras amistades de la tercera edad. Que tengan una buena semana amigas y amigos.
Vivir bien: Una opción de consumo
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Jose Purizaca
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jueves, 2 de octubre de 2008
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