Por José Carlos Purizaca. Ante todo, dejar en claro que para mi, hombres y mujeres somos iguales, con la misma dignidad de seres humanos, y es importante en pensar en una igualdad que no nos distancie, que no nos haga poner como competencia, sino ver más allá, ser mas responsables con la humanidad, no porque seamos hombre o mujer, sino reconocer las potencialidades de cada ser humano, no por su sexo, sino valorando nuestras diferencias y complementariedad. No vernos como rivales sino como colaboradores y colaboradoras, en complementariedad, como parte de la misma raza humana.
Sin embargo, a veces se hace uso innecesario del sexismo, como si fuésemos dos equipos de algún deporte que luchan por un titulo mundial; esto acrecienta un revanchismo innecesario, es necesario por el contrario que la humanidad busque mas coincidencias, un trato justo y por igual, con respeto y sin rencor. Impulsando si los cambios respecto a las gravísimas desigualdades, pero con mucha inteligencia, eficacia y paz.
Les pongo un ejemplo, un aviso televisivo en mi país, de una marca de ternos, utilizaba a la mujer como objeto cuando sacaba a un señor que estando en su habitación con una dama, era sorprendido por la esposa. Antes de que esta última entrara, este tipo sacó a la otra mujer detrás de la ventana vestida con una de sus prendas del terno; luego fuera, en la misma ventana también se hallaba otra mujer más con otra de las prendas del mismo terno del tipo. Todo solo para promocionar todas las partes del terno. En resumen el tipo engañaba a su esposa con dos mujeres.
Sería igual de malo, que sea una señora que engañe a su esposo con dos hombres en un comercial o en donde fuera.
Aquí les hago una pregunta, ¿que es lo correcto y responsable socialmente? ¿Qué se promueva que la mujer “también” puede engañar? ¿Quizá para equilibrar la Balanza?; o tal vez ¿Qué se promueva que ni hombre ni mujer deberían engañarse mutuamente?.
Personalmente apuesto por promover que nadie engañe a nadie, ni por su sexo, origen, forma, color o don de su personalidad. Para que incentivar más rencor y actos desleales. Debemos si denunciar lo que esta mal, si hay un abuso sobre una persona sea del sexo que fuese, debemos contrarrestarlo, haciéndolo público o tomando decisiones organizadas. Pero también anunciar lo bueno, promocionar por ejemplo a la familia, al hogar.
Para ello, creo que nuestra niñez es fundamental, no se debería confundirles con estos mensajes publicitarios, incluso para esto el uso del lenguaje puede ser muy útil e importante, como lo venimos promoviendo en este blog. Educar sobre la fidelidad y la lealtad, de hombre y mujer, y de la humanidad entera sin importar sexo, color, origen, forma u otro rasgo no debiera parecer ahora un tema arcaico, sino creo que debiéramos tomarlo como reto para nuestra sociedad global. Al final de cuentas somos seres humanos que nos necesitamos para vivir en este mundo, y ganar Juntos este Campeonato Mundial. Que pasen una muy buena semana.
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Campeonato Mundial: Hombres vs Mujeres: ¿Quién ganará?
La confianza en el mercado
Por José Carlos Purizaca. La confianza nos puede llevar a hacer posible la consecución de un éxito o logro, claro que para ello tenemos elementos adicionales que no pueden faltar, como el esfuerzo, el trabajo, las herramientas idóneas para determinada tarea, nuestras capacidades, y mucha, pero mucha dosis de voluntad y buen ánimo.
En el mercado vemos día a día como se atacan derechos y se incumplen obligaciones, desde que nos levantamos y prendemos la televisión, y quizá por allí se mal informa a la parte consumidora para que compre algún producto que en realidad no cumple con los ofrecimientos de la parte anunciadora, a veces la idea pareciese ser vender sin contemplar el derecho de quién actúe de prójimo, que va a ser parte afectada por mi acto de comercio.
Esto a la postre significará un desconcierto en las expectativas de la clientela, pues pueden haber adquirido un producto creyendo que tiene tales o cuales características, cuando en realidad no las tiene. Por ponerles un ejemplo, le comento que en el Perú se vendían unas vendas elásticas para cubrir distintas partes del cuerpo, rodilla, brazos, y que son auxiliares para el tratamiento de varices, torceduras, luxaciones o inmovilizaciones; pues resulta que la información que le decían al público usuario es que median cinco metros, así que mucho de esté público se las llevaban, dándose con la sorpresa luego, de que en realidad no median cinco metros, sino un solo metro.
Cuando iban a reclamar lo que les decían es que lo habían medido mal, que así no se medía, y lo que hacía la parte vendedora es tomar un extremo de la venda y llamar a otra persona para jalar el otro extremo y estirarla con todas las fuerza de estas personas, y le decían a la clientela “así se mide, ve como si son cinco metros”. Ésta jamás esperaría que se debe medir de la forma y con la fuerza, y en las condiciones que empleaba la parte vendedora en estos casos.
En realidad este tipo de comportamiento, pareciera gracioso y/o lamentable, pero sucedía en el Perú, por farmacias y boticas de mucho prestigio y algunas de trascendencia internacional, y las organizaciones de consumo tuvimos que intervenir para solucionar esta mala información.
Sin embargo, esto hace perder la confianza primero a quienes consumen, pues los pone en un estado de incredulidad sobre las ofertas que se presentan en el mercado; pero también a las demás empresas, pues algunas pueden estar gastando mucho dinero y esfuerzo en borrar de nuestras mentes esta mala praxis, lo que al final de cuentas va a elevar los costos de su operación, y ello va a ser traslado a la clientela en sus facturas; es decir, este engaño al consumo también perjudica al mercado.
Por ello, es que se hace necesario que entre las metas que tienen los diferentes agentes del mercado este la creación de confianza, a través de sus actos cotidianos, a través de cada venta, de cada anuncio, del trato a quienes colaboran, trabajan y compran, o incluso pagan tributos.
Ello mismo se repite en las diferentes relaciones que existen entre todos los stakeholders, sean empresas, gobierno, personas consumidoras, proveeduría, personal, etc.
Por eso, me parece que para promover la confianza en el mercado, podemos comenzar cada día simplemente con respetar el derecho de nuestro prójimo, en nuestro mismo hogar, en nuestro trabajo, en la calle o en cuanto lugar físico o virtual nos encontremos. Hacer nuestro trabajo bien, con ánimo y respetando a los demás. Saludos y buena semana.
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